Los desafíos de la industria del automóvil hacia los fabricantes de componentes son continuas. La última tendencia es la trazabilidad unitaria de cada una de las piezas metálicas que conforman sus pedidos. Una medida que afectará a más de 1.000 empresas en España

Juanjo Galdós. Responsable de Industria 4.0 de Ibermática
El sector industrial es uno de los más activos en lo que respecta a la adopción de nuevas tecnologías y de los más avanzados en la carrera por la transformación digital. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer y hay segmentos que requieren una atención especial. Es el caso de los proveedores de piezas de automoción que, ante la reciente exigencia que han materializado ya líderes como BMW o Fiat, han de incluir obligatoriamente modelos que permitan conocer la trazabilidad unitaria de cada una de las piezas metálicas que conforman sus pedidos.
En pocos meses, todos los fabricantes de vehículos exigirán la misma obligatoriedad a sus proveedores en pro de la seguridad, ya que la medida garantiza que si se detecta una anomalía se podrán seguir paso a paso todos los detalles de la cadena de suministro de esa pieza, tanto en lo que respecta a pura logística (fechas de entrada y salida en cada proceso) como a lo que concierne a las variables de calidad. El fin: localizar el origen del problema para erradicarlo.
Según nuestras estimaciones, en España hay una industria auxiliar formada por más de 1.000 proveedores de piezas para automoción que deben adecuarse a los nuevos requerimientos de las grandes mar cas automovilísticas en un en – torno Industria 4.0. Muy pocos de ellos están preparados para cubrirlos. El nuevo entorno supone un cambio radical frente al modelo de trazabilidad por lotes con que se trabajaba hasta ahora. Genera grandes mejoras para el proceso pero, qué duda cabe, exige a los proveedores avanzar y apostar por la innovación. Con los modelos y herramientas apropiados, el cambio puede hacerse de forma ágil y segura, y con costes controlados.
Porque una de las preocupaciones para el sector es, lógicamente, la que atañe a las inversiones necesarias para tener todo a punto. Para adecuarse a la trazabilidad unitaria una empresa de tamaño medio necesitaría realizar una inversión en software de unos 15.000 euros. En maquinaria industrial la inversión podría incrementarse sensiblemente ya que hay que incluir nuevos elementos de marcado láser, los costes de la integración automatizada de estas máquinas con los dispositivos de mecanizado o prensado ya existentes, y otras posibles implantaciones complementarias.
¿Qué se logra con la implantación de las tecnologías correctas? Un importante avance en numerosas áreas productivas, entre las que las más destacables entroncan con la automatización de la gestión de stock; la planificación de actividades -incluyendo la gestión de prioridades-; la producción de informes; el seguimiento de los indicadores de rendimiento (KPI, por sus siglas en inglés); la gestión de eventos o excepciones; el seguimiento de cada pieza; las capacidades que otorga a la hora de tomar decisiones inteligentes para influir en la gestión de producción y determinar el coste del producto; o su alto valor añadido a la hora de facilitar la gestión de recursos, incluyendo inventario y personal.
No avanzar hacia la digitalización tendría consecuencias importantes en un sector clave para la economía española y vasca en particular. La industria de Automoción es responsable del 20% de las exportaciones españolas y, a cierre de 2017, daba empleo a más de 52.000 personas. España es, de hecho, el segundo fabricante de automóviles más grande de Europa -después de Alemania- y el octavo en el ranking mundial. La producción de vehículos (comerciales y turismos) en nuestro país cerró 2017 con 2.848.335 unidades.