Su instituto de innovación, i3B, utiliza tecnología de Inteligencia Artificial para calcular los niveles de dolor con un algoritmo de reconocimiento facial
A través del análisis automático de expresiones faciales y la visión computacional, investigadores del Hospital Psiquiátrico de Álava y Universitario de Álava de Osakidetza pretenden cuantificar y valorar de forma objetiva, y no subjetiva, el nivel de dolor en pacientes con dificultad de comunicación. La tecnología aplicada, desarrollada por el Instituto Ibermática de Innovación, i3B, se basa en algoritmos de reconocimientos faciales.
Esta iniciativa pionera ha sido presentada en el XXXV Congreso de la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA). Durante el congreso, los doctores Hernández y Bárez, líderes clínicos del estudio, recordaron que la expresión del dolor mediante la cara es universal.
La intención última es disponer de una herramienta TIC que automatice un valor a la intensidad de dolor que sufre el paciente, integre la información con su historia clínica y monitorice ese dolor en una escala del 0 al 10, dando respuesta a sus necesidades y expectativas y a las de sus familiares, siendo extrapolable a otros hospitales, centros de día, residencias, hogares, etcétera. De hecho, esta solución ya ha despertado el interés de varias organizaciones.
Hasta ahora, para conocer el nivel de dolor y sufrimiento en pacientes sin capacidad de comunicación (demencias, neonatos, pacientes intubados, pacientes en la URPA, pacientes con deterioro cognitivo, etcétera), se utilizan a nivel internacional escalas normalizadas observacionales tipo Painad y Aminoff. En este caso la tecnología utilizada se manifiesta en matrices transformacionales, al estilo del FaceSen, que es una ‘Spin OFF’ del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos.
II Jornadas sobre el Abordaje del Dolor
El Hospital Universitario de Cruces acogió recientemente las segundas jornadas médicas centradas en el dolor, principalmente el crónico, organizadas por Osakidetza en colaboración con el Gobierno Vasco. El dolor crónico es una enfermedad silenciosa, invisible para quienes no lo padecen y, según se trasladó en el evento, con una problemática muy compleja para su identificación, detección, seguimiento y control.
Desde Osakidetza se consideró fundamental seguir concienciando a los profesionales con cursos, charlas y jornadas; difundir información de proyectos y programas en las distintas OSI, principalmente relativa al circuito de atención al paciente con dolor crónico dentro del enfoque integral: bio-psico-social; y una formación central sobre abordaje del dolor, entre otros aspectos.
Especial interés tiene la aportación desde el punto de vista de un paciente, respecto a la necesidad de mejorar la valoración de su dolor ya que, “lo que no identificas, no lo vas a tratar”. En este sentido, Aitor Moreno, de i3B, junto con Rafael Hernández Palacios, Médico de la Red de Salud Mental de Álava, presentaron la mencionada plataforma ‘PainMed’. Explicaron que, en base a un sistema no invasivo (una cámara usual), y mediante el tratamiento de las denominadas ‘Unidades Faciales’, extractadas mediante técnicas de Inteligencia Artificial (Visión y Machine Learning), y modelos automáticos, permite medir el dolor del paciente en una o varias escalas.
Henández explicó las bases teóricas médicas que soportan la validación de las distintas expresiones faciales sobre pacientes con problemas de incomunicación, entre otros, y Aitor Moreno cómo dicha base médica se ha implantado en un sistema automático e inteligente de identificación objetiva del dolor. Las ponencias fueron un éxito y el interés por las tecnologías de Inteligencia Artificial aplicadas a la medicina son vistas por el sector como un gran avance en los sistemas de apoyo a la decisión en tiempo real.