No avanzar hacia la transformación digital en la que se basa la Industria 4.0, a la velocidad a la que está evolucionando el mercado, supone tener los días contados

Alejandro Rodríguez, director de Ibermática en Cataluña.
Hay algo hipnotizante en el ritmo de las cadenas de montaje automatizadas tal y como las conocemos pero, en un horizonte no muy lejano, este contexto industrial será un puro emblema vintage. Estamos en los albores de la cuarta revolución industrial. No avanzar hacia la transformación digital en la que se basa la Industria 4.0, a la velocidad a la que está evolucionando el mercado, supone tener los días contados.
En un entorno global en el que las cadenas de suministro son cada vez más complejas, interviniendo en ellas un creciente y diverso número de perfiles e intereses, y numerosos intermediarios, se generan nuevos desafíos que la transformación digital puede afrontar. Para dar el salto es importante trabajar con consultores capaces de unir las Tecnologías de la Información disponibles con los nuevos sistemas ciberfísicos, y en la que hay que tener en muy cuenta nuevas corrientes de innovación como la total sensorización de las máquinas (loT, RFID, Datamatrix…), la realidad aumentada, los nuevos interfaces hombre-máquina, la robótica colaborativa, modelos blockchain que eliminan intermediarios, o la gestión masiva de metadatos en cloud y su análisis a través de procesos de minería de datos (Big Data).
Se trata de dar el salto del modelo de factoría que conocemos a una producción más ágil, flexible, sostenible y capaz de cubrir la creciente demanda del mercado de productos adaptados a muy distintos tipos de cliente. La cadena de montaje no desaparece; evoluciona. Se hace inteligente. El producto se convierte en el protagonista. Pero no es menos cierto que muchas empresas, especialmente aquellas de tamaño medio, no saben cómo empezar. Ni por dónde. Ni con quién hacerlo. Ni cuánto invertir. Por no hablar de la dificultad que tienen para conocer el retorno de esa inversión y en qué plazo se dará. Muchas dudas.
Desde Ibermática hemos desarrollado importantes proyectos de transformación digital. Una de las áreas en las que estamos poniendo un mayor foco es la que explora la trazabilidad única. Asignando a cada producto un identificador único se accede a todo su historial y se controla exhaustivamente su ciclo completo, desde la salida de la fábrica hasta su llegada a cliente. Pocas son las compañías que ya lo han implantado en España. Y todas de gran tamaño. Pero los resultados son realmente impresionantes en cuanto a automatización de procesos.
Es importante apostar por soluciones integrales que se hayan concebido específicamente para el entorno Industria 4.0; tanto en diseño como desarrollo e implantación. ¿Qué áreas hay que tener en cuenta? No nos engañemos, las que cada caso necesite. Pero sí hay una fundamental: el modelo a implantar han de ajustarse a las necesidades de la cadena de valor industrial y los niveles organizativos en los ámbitos de oficina técnica, gestión y planta.
Otras claves a tener en cuenta: plataformas que incorporen herramientas para modelizar elementos físicos y lógicos, conectarse a ellos, interpretar y analizar los datos que emiten y construir aplicaciones, funciones e interfaces que permitan la interacción con ellos. Y no podemos dejar de referirnos también a la sensorización y automatización industrial, que incluye el diseño y la implantación de soluciones integrales llave en mano. Muchas industrias ya están en el camino. No hacerlo no es una opción.